Si hay un recuerdo que tengo de mi infancia es como me gustaba ir en el asiento del copiloto en el Ford Falcon de mi abuelo.
Eran los 80' y en el Turismo Carretera se corría con acompañante, yo me imaginaba que mi abuelo era alguno de los ídolos de la época como el Pincho Castellano o Johnny De Benedictis y yo iba ahi al lado, en un autódromo o ruta imaginaria rumbo al podio. Cada domingo en que prendo la tele ansiosa por escuchar ruido de motores, me concentro bien y esa imagen de mi infancia vuelve.
Otro recuerdo que me hace reir mucho es cuando mi hermano y yo jugábamos a correr carreras de autos uno en cada cama del cuarto que compartíamos en el minimo 3 ambientes donde crecimos. Era el apogeo de la rivalidad Ayrton Senna - Alain Prost y hacíamos sorteos para ver quien era quien. (Yo siempre quería ser Senna porque además era novio de mi diosa adorada de la infancia, Xuxa) También jugabamos a ser Castellano y Mouras y casi morimos de amor y nostalgia cuando vimos sus autos en la fiesta de los 75 años del TC, frente a nosotros estaban veintipico de años de una pasión inexplicable, haciendo trompos y desfilando.
Los tiempos cambiaron y ahora los hijos de mis ídolos de la infancia corren y hasta pelean por el 1. Este domingo, fernet en mano, seguiré por televisión otra definición del campeonato, sufriendo y maldiciendo, riendo y llorando a la vez. Los recuerdos de mi infancia vienen y van a mil, como esos autos.
Chicha con Limonada
¿Qué pasa cuando se mezclan?
viernes, 30 de noviembre de 2012
miércoles, 28 de noviembre de 2012
lunes, 10 de octubre de 2011
Si... pero tiene los pies feos
Por lo general, a las mujeres nos cuesta apreciar y asumir la belleza de otras mujeres. Tendemos a buscar algún defecto tipo "Esos tatuajes la afean" (refiriéndose a Juana Viale o a Angelina Jolie) a acusar a la mujer hermosa de haberse hecho toda en un quirófano o a desvalorizar la inteligencia o la sensibilidad como si la inteligencia no pudiese ir de la mano de un rostro perfecto.
No voy a negar que hay muchas bellas y estúpidas y bellas artificiales pero la idea de este post es celebrar a las mujeres atemporalmente hermosas, hayan tenido o no cirugías, las tengan ahora o no. ¿No les pasa que hay mujeres (y por qué no hombres) en las que quisieramos reencarnar o que como por arte de magia algún día despertemos en sus cuerpos?
Mi top 5 de mujeres de las que siempre que me veo las ojeras en el ascensor digo "mañana voy a amanecer con el rostro de" es el siguiente:
Grace Kelly Musa de Hitchcock y luego princesa de Mónaco, nada más que agregar. Creo que luego de crearla a ella, rompieron el molde. Dejó como herencia dos nietos (Andrea y Pierre Casiraghi) que nos hacen cuestionarnos "¿existen hombres asi?"
Elizabeth Taylor A mi criterio, la mujer más bella jamás filmada, que además se casó tanto dos veces con el mismo, como con un albañil y con el bisabuelo de Paris Hilton o sea, vivió a su manera y se fue hace poco luego de 80 y pico de años muy bien vividos.
Sofia Loren En este caso quisiera amanecer cualquier día (si es posible mañana) con ess ojos de leopardo y esas lolas! También, con un compañero de laburo igualito, igualito a Marcello.
Nicole Kidman Ya se que ahora no le quedan ni las huellas digitales de la misma que andaba como un adorno de Tom Cruise de aquí para allá, pero tiene ese algo que hace que a pesar de tener mas pinchazos que un almohadoncito de costurera siga siendo una belleza única.
Penélope Cruz Necesitamos años de terapia para asumir que hay mujeres que ven esa imagen cuando se miran al espejo. La adoración que le tengo es inversamente proporcional a la de muchas mujeres que conozco que dicen "no se que le ven". Aclaro que cuando trabaja con Almodóvar y no hace bazofias en Hollywood la adoro más.
Quedaron muchas fuera de esta lista, como dije anteriormente la belleza física es lo más relativo de todo lo relativo de este mundo. ¿Ustedes en el cuerpo de quién quisieran despertarse mañana?
No voy a negar que hay muchas bellas y estúpidas y bellas artificiales pero la idea de este post es celebrar a las mujeres atemporalmente hermosas, hayan tenido o no cirugías, las tengan ahora o no. ¿No les pasa que hay mujeres (y por qué no hombres) en las que quisieramos reencarnar o que como por arte de magia algún día despertemos en sus cuerpos?
Mi top 5 de mujeres de las que siempre que me veo las ojeras en el ascensor digo "mañana voy a amanecer con el rostro de" es el siguiente:
Grace Kelly Musa de Hitchcock y luego princesa de Mónaco, nada más que agregar. Creo que luego de crearla a ella, rompieron el molde. Dejó como herencia dos nietos (Andrea y Pierre Casiraghi) que nos hacen cuestionarnos "¿existen hombres asi?"
Elizabeth Taylor A mi criterio, la mujer más bella jamás filmada, que además se casó tanto dos veces con el mismo, como con un albañil y con el bisabuelo de Paris Hilton o sea, vivió a su manera y se fue hace poco luego de 80 y pico de años muy bien vividos.
Sofia Loren En este caso quisiera amanecer cualquier día (si es posible mañana) con ess ojos de leopardo y esas lolas! También, con un compañero de laburo igualito, igualito a Marcello.
Nicole Kidman Ya se que ahora no le quedan ni las huellas digitales de la misma que andaba como un adorno de Tom Cruise de aquí para allá, pero tiene ese algo que hace que a pesar de tener mas pinchazos que un almohadoncito de costurera siga siendo una belleza única.
Penélope Cruz Necesitamos años de terapia para asumir que hay mujeres que ven esa imagen cuando se miran al espejo. La adoración que le tengo es inversamente proporcional a la de muchas mujeres que conozco que dicen "no se que le ven". Aclaro que cuando trabaja con Almodóvar y no hace bazofias en Hollywood la adoro más.
Quedaron muchas fuera de esta lista, como dije anteriormente la belleza física es lo más relativo de todo lo relativo de este mundo. ¿Ustedes en el cuerpo de quién quisieran despertarse mañana?
jueves, 22 de septiembre de 2011
Los chicos de la foto
El fin de semana volví al colegio donde estudié hasta cuarto año del secundario con motivo de la confirmación de mi hermana. Cada vez que vuelvo no puedo evitar acercarme a un gran cuadro que hay en el hall central donde hay un collage con fotos de las diferentes promociones y de maestros y alumnos en eventos deportivos y culturales, creo que se hizo para celebrar los 80 años del Colegio o algo así.
En una de las fotos de ese collage aparezco yo en tercer año junto a mis compañeros, formados "para la foto" en las escalinatas de la capilla, los uniformes impecables, las mujeres con las polleras grises y los varones con la corbata azul con el monograma de la congregación fundada en el siglo XIX. Tendríamos 15 o 16 años, como buenos adolescentes críados en el interior, en familias de clase media alta, vivíamos en una burbuja. La vida era pasar 8 horas en el colegio, ir a inglés particular o al club después de clase, ir a bailar los fines de semana al único boliche donde nos encontrábamos con otros compañeros de cuarto o quinto año y algún que otro conocido de otros colegios pero sin mezclarse demasiado. Lo más zarpado que podía pasar era robarle al padre las llaves del mueblecito de las bebidas y ponerse en pedo o tomar un Pronto Shake o una cerveza los fines de semana. Nunca se nos hubiese cruzado por la cabeza que años después chicas de nuestra edad cambiarían "favores" por tragos o entradas a boliches, que chicos como mis compañeros caerían en la guardia del hospital con coma alcohólico y todos teníamos la certeza de que en dos años estaríamos viviendo en Rosario o en Buenos Aires, estudiando lo que queríamos.
La banda de sonido eran Sombras y las Spice Girls, en la tele una serie juvenil llamada "Verano del 98" era un exitazo. Las mujeres suspirábamos por el Principe William o alguno de los Backstreet Boys y un día mirando un partido del mundial de Francia descubrimos a un inglés rubión y carilindo llamado David Beckham que era el novio de una de las Spice Girls.
¿Habrá quedado algo de esos chicos que miran a la cámara? ¿Estaremos donde pensábamos o tendremos que despedirnos de nuestros primeros sueños? Pasaron los años, nos recibimos, trabajamos, recorrimos el mundo, nos casamos, tuvimos hijos, sobrinos, hemos cambiado de ciudad y algunos nos hemos despedido de alguno de nuestros padres antes de tiempo... pero a pesar del tiempo y de la vida transcurrida, hay veces que juro que puedo ver a esos chicos de la foto.
En una de las fotos de ese collage aparezco yo en tercer año junto a mis compañeros, formados "para la foto" en las escalinatas de la capilla, los uniformes impecables, las mujeres con las polleras grises y los varones con la corbata azul con el monograma de la congregación fundada en el siglo XIX. Tendríamos 15 o 16 años, como buenos adolescentes críados en el interior, en familias de clase media alta, vivíamos en una burbuja. La vida era pasar 8 horas en el colegio, ir a inglés particular o al club después de clase, ir a bailar los fines de semana al único boliche donde nos encontrábamos con otros compañeros de cuarto o quinto año y algún que otro conocido de otros colegios pero sin mezclarse demasiado. Lo más zarpado que podía pasar era robarle al padre las llaves del mueblecito de las bebidas y ponerse en pedo o tomar un Pronto Shake o una cerveza los fines de semana. Nunca se nos hubiese cruzado por la cabeza que años después chicas de nuestra edad cambiarían "favores" por tragos o entradas a boliches, que chicos como mis compañeros caerían en la guardia del hospital con coma alcohólico y todos teníamos la certeza de que en dos años estaríamos viviendo en Rosario o en Buenos Aires, estudiando lo que queríamos.
La banda de sonido eran Sombras y las Spice Girls, en la tele una serie juvenil llamada "Verano del 98" era un exitazo. Las mujeres suspirábamos por el Principe William o alguno de los Backstreet Boys y un día mirando un partido del mundial de Francia descubrimos a un inglés rubión y carilindo llamado David Beckham que era el novio de una de las Spice Girls.
¿Habrá quedado algo de esos chicos que miran a la cámara? ¿Estaremos donde pensábamos o tendremos que despedirnos de nuestros primeros sueños? Pasaron los años, nos recibimos, trabajamos, recorrimos el mundo, nos casamos, tuvimos hijos, sobrinos, hemos cambiado de ciudad y algunos nos hemos despedido de alguno de nuestros padres antes de tiempo... pero a pesar del tiempo y de la vida transcurrida, hay veces que juro que puedo ver a esos chicos de la foto.
martes, 20 de septiembre de 2011
Atormentada por amor
Durante la hora de la siesta en Pergamino, mientras esperábamos a que fuesen las cuatro de la tarde para poder meternos en la pileta de la casa de mis abuelos, me encantaba sentarme con mi tía y mi abuela a mirar las novelas con ellas.
Una de las primeras de las que tengo memoria es "Cristal" venezolana con Jeanette Rodriguez y Carlos Mata. Ella era una huérfana que empezaba a trabajar como modelo para una diseñadora importante que finalmente resultaba ser su madre y terminaba enamorada del hijastro de esta, más novela imposible. Yo tendría unos 5 años y caminaba por el pasillo de la casa de mi abuela, donde había y hay aún un espejo en el fondo, imitando a Cristal: mano en la cadera, los dedos hacia arriba, cabeza en alto.
Pero LA novela de mi vida es el exitazo made in Romay de los 80 "La extraña dama" con Luisa Kuliok y Jorge Martinez. No solo jugaba con mis vecinas del barrio donde me crié a "la novela de Fiamma" sino que empecé a jugar a mis propias novelas, sola o acompañada, y luego de grande empecé a escribir mis propias historias, a hacer mis propias novelas (en papel y en mi mente)
Mientras repaso una y otra vez la novela de mi vida pienso, existirán los finales como los de Cristal y Luis Alfredo, los de Fiamma y Aldo o Sor Piedad y Marcelo Ricciardi? Seguramente si, con menos almibar y más subte y máquinas de café en el medio. Quizás el escenario no sea un convento de clausura ni el atellier de una diseñadora pero quién sabe.
Y yo, sigo caminando con la mano en la cadera,los dedos hacia arriba, la cabeza erguida y haciéndole una zancadilla a las Sor Paulinas o Mariones que quieran interponerse.En busca de mi propio final feliz.
Una de las primeras de las que tengo memoria es "Cristal" venezolana con Jeanette Rodriguez y Carlos Mata. Ella era una huérfana que empezaba a trabajar como modelo para una diseñadora importante que finalmente resultaba ser su madre y terminaba enamorada del hijastro de esta, más novela imposible. Yo tendría unos 5 años y caminaba por el pasillo de la casa de mi abuela, donde había y hay aún un espejo en el fondo, imitando a Cristal: mano en la cadera, los dedos hacia arriba, cabeza en alto.
Pero LA novela de mi vida es el exitazo made in Romay de los 80 "La extraña dama" con Luisa Kuliok y Jorge Martinez. No solo jugaba con mis vecinas del barrio donde me crié a "la novela de Fiamma" sino que empecé a jugar a mis propias novelas, sola o acompañada, y luego de grande empecé a escribir mis propias historias, a hacer mis propias novelas (en papel y en mi mente)
Mientras repaso una y otra vez la novela de mi vida pienso, existirán los finales como los de Cristal y Luis Alfredo, los de Fiamma y Aldo o Sor Piedad y Marcelo Ricciardi? Seguramente si, con menos almibar y más subte y máquinas de café en el medio. Quizás el escenario no sea un convento de clausura ni el atellier de una diseñadora pero quién sabe.
Y yo, sigo caminando con la mano en la cadera,los dedos hacia arriba, la cabeza erguida y haciéndole una zancadilla a las Sor Paulinas o Mariones que quieran interponerse.En busca de mi propio final feliz.
jueves, 15 de septiembre de 2011
La Incondicional
Hace unos días atrás mi hermana menor me pidió ser su madrina de confirmación. Basó su elección en que tenía que ser una persona que "querramos mucho y se preocupe por nosotros". Yo me derretí de amor, creo que hasta lagrimeé y dije un SI asi de grande.
Yo no soy una persona ni creyente ni practicante, fui criada "en una casa católica, apostólica y románica" y en el colegio recibíamos los sacramentos pero con el paso del tiempo me fui alejando cada vez más de los preceptos de la Iglesia, de sus contradicciones y de toda la carga culpabilizadora que conlleva. Pero esto de amadrinar a mi hermana, de acompañarla a recibir un sacramento va más allá de la creencia o de lo puramente dogmático sino que es un compromiso con ella de acompañarla y estar allí pase lo que pase como lo estoy desde el momento en que salió en la camilla de partos sobre el pecho de mi mamá.
Haciendo memoria de lo que fue mi confirmación, recuerdo que mi maestra nos pidió elegir para que nos apadrine a alguien que sea "incondicional" y así me siento yo con respecto a ella, incondicional. Más allá del título o del nuevo parentesco que vayamos a tener a partir del domingo.
No creeré en muchas cosas, pero en ella si.
Yo no soy una persona ni creyente ni practicante, fui criada "en una casa católica, apostólica y románica" y en el colegio recibíamos los sacramentos pero con el paso del tiempo me fui alejando cada vez más de los preceptos de la Iglesia, de sus contradicciones y de toda la carga culpabilizadora que conlleva. Pero esto de amadrinar a mi hermana, de acompañarla a recibir un sacramento va más allá de la creencia o de lo puramente dogmático sino que es un compromiso con ella de acompañarla y estar allí pase lo que pase como lo estoy desde el momento en que salió en la camilla de partos sobre el pecho de mi mamá.
Haciendo memoria de lo que fue mi confirmación, recuerdo que mi maestra nos pidió elegir para que nos apadrine a alguien que sea "incondicional" y así me siento yo con respecto a ella, incondicional. Más allá del título o del nuevo parentesco que vayamos a tener a partir del domingo.
No creeré en muchas cosas, pero en ella si.
jueves, 1 de septiembre de 2011
You are the one
Tantas veces nos ha tocado el papel de la perdedora de las historias. El de la otra del que tiene novia pero "está todo mal, la quiero pero no la amo", el de la no elegida por el que nos gustaba porque se quedó con la que fue Reina de la Rural, el de la seducida y abandonada por el galán de turno con el que había más quimica que sentimientos o el de la que a las 3 de la mañana estaba durmiendo sola en su pequeño departamentito después de un revolcón furioso.
Tanto tiempo de fracasos, de "príncipes azules que se marchaban antes de llegar", de equivocaciones que se veían venir desde el vamos, de decepciones que eran cantadas.
Después de todo eso, hay algo que me mantiene con la cabeza en alto. Que algún día, habrá alguien al quien podré decirle "you are the one" como lo han dicho los noruegos de A-ha, Robbie Williams o Shakira. Y alguien para quien yo también seré la única.
Y cada vez tengo más fe de que eso alguna vez sucederá...
Tanto tiempo de fracasos, de "príncipes azules que se marchaban antes de llegar", de equivocaciones que se veían venir desde el vamos, de decepciones que eran cantadas.
Después de todo eso, hay algo que me mantiene con la cabeza en alto. Que algún día, habrá alguien al quien podré decirle "you are the one" como lo han dicho los noruegos de A-ha, Robbie Williams o Shakira. Y alguien para quien yo también seré la única.
Y cada vez tengo más fe de que eso alguna vez sucederá...
Suscribirse a:
Entradas (Atom)