jueves, 30 de junio de 2011

El viento entre mis alas

"Las mujeres no tenemos códigos, eso dice siempre JP" la frase dicha en un break para fumar, con 40 grados a la sombra en la entrada del edificio donde laburaba quedó como una humorada de una amiga pero con el tiempo me di cuenta de que tenía mucho de cierto.

No da ni un poco que todas las amigas de una mujer sepan con que frecuencia se "intima" o como rinde y cuanto mide el órgano reproductor del novio. Tampoco da criticar las acciones o reacciones de otra persona cuando toma alguna decisión que no nos gusta, mucho menos juzgarlas como si tuviésemos el imposible don de no equivocarnos nunca.

No voy a negar que lo haya hecho alguna que otra vez y que la frase del novio de mi amiga es un poco fuerte pero nunca escuché a un hombre criticar tan ferozmente a otro como las mujeres somos capaces de hacerlo con una par (sea o no amiga) y algo más, no hay oficina donde llegue un tipo nuevo y pasen horas o un par de días para que lo inviten a un torneíto de fútbol. Las minas nunca arreglamos ni para ir a jugar al tejo juntas. Nada más que agregar.

La escena que muestra perfectamente lo competitivas, celosas, caprichosas y perras que podemos ser es de "Beaches", traducida espantosamente como "Eternamente amigas". Está en inglés pero el diálogo habla de como proyectan los celos y frustraciones propios de estas grandes amigas la una con la otra, la frase más fuerte de todas es, sin dudas la que CC (Bette Midler) le dice a Hillary (Barbara Hershey) "Estoy viviendo la vida para la cual tu no tuviste coraje". Enjoy!



domingo, 26 de junio de 2011

Blame it on the bossa nova


Diez grados de temperatura, sol mezquino y viento que me apaga la calefacción lo que me hace intentar encenderla una y otra vez con papeles de diario encendidos.

En días como hoy, donde además un ataque al hígado espantoso me tuvo toda la noche abrazando el inodoro, es cuando mentalmente me digo: "Estoy en Ipanema, mirando el mar, escuchando a Ivette Sangalo y a Caetano al mango".


Me vuelvo a la cama, me cubro con el edredón hasta la cabeza y agrego: "Y en la mano tengo un daiquiri de morango".

viernes, 24 de junio de 2011

All the best cowgirls have daddy issues


Hace unos días un amigo me pidió que le pase algunas de las frases célebres de mi papá, siempre se reía con las historias insólitas que le contaba yo que a su vez me habían sido contadas por mi viejo desde que soy chica.

He escuchado miles de veces la historia de un tipo que de chico era tan pobre que iba al baño de noche con una vela y una caña para espantar a las gallinas o la de uno que todos los días vendía flores en el cementerio de Pergamino pero el "día de ánimas" (textual de mi padre para referirse al día de los muertos) vendía facturas (?) y así una colección de historias y frases de las que me acuerdo y me río sola y que pienso seguir contándosela a mis hijos y al que las quiera escuchar.

Y estoy segura que estas historias van a ser las que me hagan recordar a mi papá cuando ya no esté, y son las que me reconcilian con él en los momentos en los que me enojo con sus circunstancias y con su enfermedad porque me ayudan a comprenderlo y a estar segura de que, a pesar de todo, tuvo una muy linda vida.

Las anécdotas de mi viejo, la relación tensa entre padre e hijo (hija en este caso) y todo lo no dicho a punto de estallar me llevan a recordar, inevitablemente, a "Big Fish" la joya de Tim Burton cuya escena final dejo aquí. Ya les dije, si moqueo escribiendo esto van a moquear todos conmigo.

martes, 21 de junio de 2011

Somos los piratas

Acostada en la fria camilla de la sala de rayos X del Dupuytrén intento contarle al médico una versión menos degradante de como me accidenté, él finge creerla.

Mientras espero inmovil que tomen la placa, recuerdo la noche anterior. Fiesta de fin de año, temática, barra libre, concursos de baile, fotos con conocidos y desconocidos, gerentes y pinches.

Por supuesto que mi disfraz de pirata sexy pero chic (nada de lencería erótica en una reunión donde va a hablar el Country Manager) fue planeado, diseñado y vuelto a planear mil veces desde que se envió la invitación. En un momento de la noche, entre el calor, el baile, el alcohol y el paso de las horas, el falso lunar que me pinté al lado de la boca rojo furioso (tan halagada por conocidos, deseada por wannabes y elogiada por exes) empieza a despintarse.

Se me acerca, creo que cruzamos un par de frases sobre mi atuendo donde abundan el rojo y el negro (alusiones futboleras obvias y trilladas pero frases en fin) antes de pasarme la mano sobre el lunar casi inexistente y hacerlo desaparecer del todo. La escena parece una versión fiestera de esa de "Propuesta Indecente" en la que Demi Moore vuelve de revolcarse con Robert Redford y el marido le limpia el labial rojo furioso de la boca. ¿Y si acá mismo, a la vista de toda la empresa le como la boca? ¿No será mejor esperar y no actuar por impulso y quedar como una puta adelante de todos? ¿Por qué siempre me estoy reprimiendo si el pibe me gusta y yo se que indiferente no le soy, lo pesqué mirandome varias veces? Mejor quedar para otro momento y ahi arrinconarlo y matarlo a besos, todo bajo el manto (o las sabanas) de la absoluta discreción.

Me voy al baño, a refrescarme un poco y luego paso a buscar otro vaso gigante de ron con coca light. Mientras me retoco el rojo furioso escucho a la recepcionista comentar con un par de minas a las que no recuerdo por más que intento "es el que mejor está de los que laburan acá, lástima que tiene la novia en Rosario". Luego de eso, todo se va a negro, es como si todas las escenas transcurriesen en cámara lenta y por un momento deseo estar soñando. Se me vienen a la mente las miles de charlas de oficina, de almuerzos, de preguntas directas respondidas con evasivas.

La fiesta ya está llegando a su fin, por correr como una energúmena tropiezo en una rampa en bajada, quedo tirada en el piso como un sapo. Me levanto, llego a mi casa no se como, me acuesto y al día siguiente casi deshidratada por tanto alcohol y con el maquillaje sin quitar que transformó mi cara en un Kandinsky viviente veo mis rodillas en carne viva y con una hinchazón que las hacen parecer dos morcillas. De allí a la guardia del Dupuytrén a dar una versión parcial del accidente que me llevó allí.

El médico disgnostica ligamentos rotos, ordena reposo, hielo y un antiflamatorio.

Para el corazón roto no hay nada (al menos en la medicina) solamente paso del tiempo y la lección aprendida de que nunca, pero nunca, se debe hacer el mínimo esfuerzo por intentar conquistar a un pirata.

viernes, 17 de junio de 2011

El secreto está en la salsa



Salgo por última vez de la oficina luego de recibir los saludos y deseos de suerte de rigor.
Miro la fachada que por un tiempo espero no volver a cruzar y se me viene a la mente una de mis películas preferidas: "Tomates Verdes Fritos".

Recuerdo que mi mamá la alquiló cuando yo tendría 9 o 10 años y me dejó verla una sola vez (en aquella ocasión) porque había llorado tanto que no quería que me siguiera mortificando. Pasaron los años, la he visto una infinita cantidad de veces, la entendí cada vez más a medida que fui creciendo y pasó a ocupar un lugar en el top 5 de las películas de mi vida (algún día hablaré de esa lista y de por qué están allí) .


El film cuenta la historia de Evelyn, una ama de casa menopáusica y frustrada, que conoce a una anciana que vive en un asilo. En cada una de las visitas, la viejita le cuenta la historia de dos amigas llamadas Idgie y Ruth quienes durante los años que van desde el fin de la Primera Guerra Mundial y los comienzos de la Segunda regenteaban un café alrededor del cual giraba la vida de los habitantes del pequeño pueblo (ahora fantasma) de Whistle Stop, en Alabama. La historia de estas amigas (la versión cinematográfica disfrazó de amistad lo que en la novela era una relación lésbica) inspira a Evelyn a atravesar los cambios hormonales sin abusar de la comida y la autocompasión, a salir de su casa, a trabajar, ir al gimnasio y a encontrarle un sentido a su vida monótona y aburrida.


Si bien la historia tiene escenas y frases memorables como la genial
"Él no se sienta al lado de los negros pero come los huevos que salen del culo de una gallina" daría un meñique por filmar la escena de la muerte de Ruth en la cual la criada Sipsey le dice a Idgie (enloquecida de dolor ante la pérdida de su mejor amiga) "Dejela ir, la señora Ruth era una dama y una dama siempre sabe cuando debe irse"

Eso, nada más. Cuando irse, cuando retirarse a tiempo.


Aqui va el video de la escena, ¡no voy a llorar yo sola!


http://movieclips.com/pmSGr-fried-green-tomatoes-movie-a-lady-always-knows-when-to-leave/0/177.958

lunes, 13 de junio de 2011

Mi lista de Lost

Sin dudas uno de los capítulos de "Lost" que me hace llorar como una marrana una y otra vez es el penúltimo de la ercera temporada titulado "Greatest Hits" (grandes exitos) en los que el rockero Charlie enumera los 5 grandes momentos de su vida al verse venir el momento en el que se va a sacarificar por el resto de sus compañeros de la isla.

Y hoy, al recibir una buena noticia, rememoré mi propia lista de grandes éxitos que escribí una y otra vez (me costó mucho elegir solo 5 y creo que en algún momento tendré que repasarla y quizás modificarla) Después de todo, la vida es como una seguidilla de tracks en los cuales muchos pasan desapercibidos como un tema del verano, otros tiran un par de temporadas pero quedan en el olvido, algunos pocos pasan a calificar como clásicos y otros muy escasos integran la lista de grandes éxitos. Solo hace falta afinar un poco el oido.

Para moquear a gusto y piacere, un video del top 5 de Charlie Pace. (El número 1 me hace dar ganas de cortarme las venas con una criollita humeda)



domingo, 12 de junio de 2011

Chicha con Limonada


¿Pueden los opuestos convivir en una misma persona? ¿Pueden convivir en la misma biblioteca Madame Bovary y la biografía no autorizada de la Princesa Máxima? O reproducirse una comedia pochoclera con Hugh Grant y Julia Roberts por el mismo DVD en el que el día anterior Pedro Almodóvar nos hizo secarnos los lagrimales con "La Flor de mi secreto".

Pasar los sábados a la noche recorriendo los bares de moda en "Palermo algo" o mirando una película sueca en el Arteplex (para dar un perfil culto e interesante y no el de trola desesperada por encontrar novio) Acostarse en la primera salida para no dar reprimida o esperar cinco citas de cena, cine, teatro y charlas que duran horas de café para ser tomada en serio. Creerse lista para conquistar el mundo porque tenés los reflejos recién hechos y sentirte un varoncito cuando vas a una fiesta familiar con el vestido y los zapatos mas caros y ver que tenes 10 años más que la hija de una prima con un lomo impresionante que hace que los hombres gays cuestionen su orientación. Todos hemos convivido alguna vez con la dualidad, con la contradicción y la duda para terminar eligiendo el camino que creemos correcto o, a veces, el que nos propone la salida más facil.

¿Que sería de los seres humanos si todo fuera 100% chicha o 100% limonada? La vida es tan hermosa a pesar de las contradicciones, las dudas y los miedos que nos presenta día a día que lo mejor que podemos hacer es tener siempre a mano un chorrito de chicha (o vodka o gin) para cortar con la acidez y el gustito monótono y dulzón de la limonada y un poco de limónada para aliviar el ardor y la sensación de quemazón que los tragos de chicha nos dejan cuando pasan por nuestra garganta. De eso se trata este blog, de como ambas opciones pueden coexistir en una misma persona, de como atravesar por esta vida con una botellita de cada y mezclarlas de vez en cuando.